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Cada vez más turistas llegan a la isla atraídos por la pesca deportiva, una práctica que promueve la conservación de los ecosistemas y el turismo sustentable. En el Parque Natural Río Bravo, la experiencia combina adrenalina, aprendizaje y descanso en medio del bosque nativo.
En el corazón de la isla grande de Chiloé, donde los ríos serpentean entre bosques milenarios y la niebla envuelve los amaneceres, se vive una experiencia que combina naturaleza, deporte y conciencia ambiental: la pesca deportiva. Cada vez más visitantes llegan atraídos por esta práctica que une tradición, respeto por el entorno y la posibilidad de alojarse en lugares que han hecho del turismo sustentable su sello, como el Parque Natural Río Bravo Lodge.
Para Miguel Plaza, director del Parque Natural Río Bravo, la pesca deportiva en Chiloé, “ya no es una moda”, sino una nueva manera de disfrutar el territorio sin depredarlo. “La pesca deportiva se convirtió en una forma de disfrutar un deporte que apasiona a muchas personas, evitando la depredación a la que por desgracia, tuvimos que resignarnos en décadas anteriores”, explica Plaza.
El empresario recuerda los años en que los ríos de la isla se vaciaban por la pesca indiscriminada y destaca que hoy la conciencia ambiental ha crecido: “Los ribereños están tomando conciencia de que sus ingresos son mayores prestando servicios de guía y haciendo excursiones con los mismos botes que antes usaban para las prácticas ilegales”, señala.
