Dedicado a conservar el patrimonio inmaterial de la Región, el centro cultural sampedrino aprovechó la instancia para destacar la trayectoria del espacio y rendir homenaje a quienes han contribuido a su permanencia.

Por Yasmin Correa Manriquez
El Centro de Cultura Tradicional y Museo Curarrehue conmemoró a principios de octubre su trigésimo aniversario donde reunió a colaboradores, docentes, artesanos y vecinos que han sido parte del esfuerzo colectivo para resguardar las tradiciones del mundo rural chileno.
Fundado oficialmente en 1995, la entidad comenzó a funcionar formalmente en el año dos mil, tras obtener su personalidad jurídica municipal. Desde entonces, se ha dedicado a guardar, clasificar y conservar el material poético, musical, textil, medicinal, de religiosidad popular, gastronómico y artesanal rural de la región del Biobío.
Un poco de historia
La fecha elegida para celebrar el aniversario número 30 del centro no fue coincidencia. El 4 de octubre nació Violeta Parra, una referente de la música popular chilena. “Es un homenaje a ella, porque acordamos que ella nos inspira. También fue una mujer de extracto campesino y hacía lo mismo que nosotros”, aclaró Gutiérrez, sintiéndose identificada con la artista.
A lo largo de tres décadas, Curarrehue ha recopilado una vasta colección de objetos y testimonios provenientes de lugares como Santa Juana, Curalí, Poduco Alto, Poduco Bajo, Pulgatorio y la cordillera de la Costa. Buena parte de este trabajo fue realizado por Sylvia Gutierrez junto a Patricia Chavarría durante los años de dictadura. “Lo hicimos para reanimarnos, porque fueron tiempos difíciles. Muchos compañeros desaparecieron o estaban presos”, recordó la directora.
