En lo que va del año ya se han realizado 38 fiscalizaciones a sistemas APR en la región, de las cuales seis corresponden a la provincia de Biobío. La vigilancia busca prevenir enfermedades y garantizar agua potable segura en sectores rurales.
Hasta la localidad de Chaimávida llegó el seremi de Salud del Biobío, Dr. Eduardo Barra Jofré, junto a profesionales de la Unidad de Saneamiento Básico, para realizar una fiscalización al Sistema de Agua Potable Rural (APR), instancia clave para asegurar el cumplimiento de la normativa sanitaria vigente y mejorar la calidad del agua en sectores rurales.
Según explicó la autoridad sanitaria, esta vigilancia tiene como propósito «mejorar la calidad de vida de las personas, asociada a las condiciones sanitario-ambientales, para reducir el riesgo de enfermedades por consumo de agua potable», además de fortalecer el control sanitario de los sistemas de abastecimiento que operan en zonas apartadas de la región.
La referente de Saneamiento Básico de la Seremi, Roxana Salgado, detalló que «se realiza un análisis microbiológico y fisicoquímico del agua, verificando que contenga cloro libre residual en niveles entre 0.20 y 2.00 ppm, según lo establecido por el Decreto Supremo N° 735 del Ministerio de Salud».
Cabe señalar que, ante incumplimientos de la normativa, los operadores de sistemas APR pueden enfrentar sanciones que van desde amonestaciones hasta multas que alcanzan las 1.000 UTM.
En ese sentido, la Seremi de Salud reiteró su compromiso con el monitoreo permanente y la educación sanitaria como herramientas fundamentales para garantizar el derecho al acceso de agua potable segura en todos los rincones del Biobío.